Haciéndolo: Nate Irving, Piratas de Pittsburgh
Por Nate Irving, Sistema de Ligas Menores de los Piratas de Pittsburgh
"Haciendolo"
Todos estamos en la persecución. El golpe, el lanzamiento, la atrapada, la carrera. Sientes la emoción, la adrenalina, la concentración, correr por tus venas. Y de repente desaparece. Hay algo singularmente mortal en el juego de béisbol. Sin embargo, hay algo especial en las lecciones que se pueden enseñar a través de un juego que siempre generará más fracasos que éxitos. Nuestro desafío es nunca aceptar, nunca renunciar y nunca cesar en la búsqueda del éxito que queremos. Y si lo permitimos, no sólo “lo lograremos” en este juego, sino que el juego “nos hará a nosotros”.
Mientras crecemos como jugadores, también crecemos como personas. Este juego nos enseña no sólo cómo ser mejores competidores, sino también cómo ser mejores seres humanos. Es frente a la adversidad que crecemos, es en la inversión de nuestro equipo y de nuestros compañeros competidores que crecemos, es frente a grandes oportunidades que crecemos y, sobre todo, es en el júbilo del éxito que crecemos. Independientemente de cómo se repartan nuestras cartas, el juego de béisbol siempre nos enseñará algo sobre nosotros mismos y sobre la vida. Nuestro desafío es aceptar esas lecciones incondicionalmente.
“Cada día es una nueva oportunidad. Puedes aprovechar los éxitos de ayer o dejar atrás los fracasos y empezar de nuevo. Así es la vida, con un juego nuevo cada día, y así es el béisbol”. -Bob Feller
Siempre hay otro tono. Y cuando quedan salidas, siempre hay esperanza. Y cuando ya no quedan outs, siempre queda el mañana . Como jugadores, se nos enseña a ver oportunidades en cada momento, esperanza en cada oportunidad y posibilidades en cada nueva experiencia. Ya sea que tengamos nueve entradas y veintisiete outs en un juego, o veinticuatro horas para aprovechar al máximo el día que nos toca, nuestro enfoque del béisbol nos enseña cómo aprovechar al máximo cada momento. No hay un último lanzamiento, no hay un siguiente lanzamiento, sólo existe este lanzamiento. Y en la vida no hay ayer, ni hay mañana sin el hoy. Sólo lo “lograremos” cuando seamos capaces de detenernos en el momento y darnos cuenta de dónde estamos, qué tan lejos hemos llegado y exactamente adónde queremos ir. Nuestra búsqueda nunca se detiene, y tal vez la próxima vez que nos detengamos a mirar a nuestro alrededor, habremos “llegado” aún más lejos.
“El béisbol es como un juego de póquer. Nadie quiere darse por vencido cuando está perdiendo; nadie quiere que renuncies cuando estás ganando” -Jackie Robinson
¿Qué pasaría si viéramos “lograrlo” no como el objeto que deseamos, sino como la pasión que arde dentro de nosotros por alcanzar la grandeza? A menudo se nos recuerda que se nos ha dado la oportunidad de perseguir nuestros sueños y que esa oportunidad no durará para siempre. El juego que amamos está lleno de fracasos, pero es el mismo sentimiento de fracaso el que empuja a todos y cada uno de nosotros hacia nuestros triunfos. Cuando la vida nos presenta dificultades, luchamos. Porque así es como hemos sido condicionados. El mismo pelotero que lucha cuando la adversidad se avecina, es la misma persona que levanta a los demás cuando la vida le reparte cartas desfavorables. ¿Qué pasaría si “lograrlo” fuera la búsqueda incesante que nos hace evolucionar como jugadores y como seres?
Y cuando ya no podamos jugar a este maravilloso juego de obstáculos encantadores y emoción, podremos mirar atrás, recordar a las personas en las que nos hemos convertido y decir que “lo logramos”, pero también que el juego “nos hizo a nosotros”. .